Encuentro en la Ducha - Relato Erótico Gay de Seducción y Placer

Encuentro en la Ducha 🔥

febrero 23, 2025 Por charliebrawnzz@gmail.com

Alejandro no era de los que se distraían en el gimnasio.

Iba, entrenaba y se marchaba. Sin rodeos, sin distracciones. Para él, aquel espacio era solo un lugar donde despejar la mente después de un largo día.

Pero entonces llegó Lucas.

Y, de repente, todo cambió.


Un Nuevo Rostro en el Gimnasio

El primer día que lo vio, Alejandro estaba terminando su rutina de pesas. Lucas apareció con la seguridad de alguien que sabía exactamente lo que hacía. Tenía el cuerpo de un atleta: alto, con hombros anchos, una piel bronceada por el sol y una sonrisa que parecía esconder intenciones ocultas.

Se cruzaron un par de veces en los aparatos, intercambiando miradas sin más.

Pero fue en los vestidores donde la verdadera tensión comenzó a crecer.


El Juego de las Miradas

Aquella noche, el gimnasio estaba casi vacío. Alejandro dejó caer su toalla sobre el banco y se quitó la camiseta, sintiendo el sudor pegado a su piel.

Se giró para tomar sus cosas y ahí estaba Lucas, a unos metros de distancia, quitándose la camiseta con la misma calma y confianza con la que había entrenado.

Los ojos de Alejandro se quedaron fijos un segundo más de lo necesario.

Lucas lo notó.

Sonrió.

Y no apartó la mirada.

Alejandro sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

¿Está jugando conmigo?


El Primer Contacto

Alejandro entró en la ducha y dejó que el agua caliente resbalara por su cuerpo, intentando sacarse de la cabeza esa mirada.

Pero no tuvo oportunidad de hacerlo.

Porque, segundos después, escuchó el sonido de otra ducha abriéndose.

Lucas.

A solo dos regaderas de distancia.

Alejandro se obligó a no voltear. Pero la tensión en el aire era palpable, espesa, como un hilo invisible que los mantenía conectados.

El sonido del agua corriendo, la piel mojada, la respiración apenas perceptible.

Entonces, la voz de Lucas rompió el silencio.

—Buen entrenamiento hoy.

Alejandro giró la cabeza con calma, fingiendo normalidad.

—Sí. Se nota que sabes lo que haces.

Lucas sonrió, enjabonándose el pecho sin perder el contacto visual.

—Me esfuerzo. Me gusta hacerlo bien.

Las palabras parecían tener un doble sentido.

Alejandro sintió su pulso acelerarse.


Rindiéndose al Deseo

Lucas se acercó un paso.

No hubo titubeo. No hubo duda.

Alejandro no se apartó.

El primer contacto fue sutil: un roce de hombros, un leve toque de piel mojada. Lucas bajó la mirada, como estudiando su reacción, como dándole la oportunidad de detenerlo.

Alejandro no lo hizo.

Lucas inclinó la cabeza y, sin más preámbulo, atrapó sus labios en un beso lento y profundo.

El sonido del agua se mezcló con el jadeo ahogado de Alejandro cuando Lucas lo empujó suavemente contra la pared.

Sus manos exploraron, aprendieron, reclamaron.

Aquella noche, la ducha se convirtió en el escenario de un juego que ninguno de los dos estaba dispuesto a detener.


El Secreto de los Vestidores

Cuando la respiración de ambos se calmó, Lucas se separó apenas, con una sonrisa satisfecha.

—Supongo que nos veremos más seguido por aquí —susurró.

Alejandro sonrió de lado, pasando una mano por su cabello mojado.

—Creo que sí.

Se giró para cerrar el agua, pero antes de salir, Lucas le dio un último golpe suave en la cadera.

—La próxima vez, mi turno para elegir el lugar.

Alejandro rió.

Aquella noche, su rutina de gimnasio había cambiado para siempre.